México, el país de los desaparecidos: Un luto nacional por Teuchitlán que conmocionó al país

XY NEWS. México atraviesa una crisis profundamente dolorosa: la desaparición forzada de miles de personas, un flagelo que no distingue fronteras ni clases sociales, pero que ha dejado una huella imborrable en la vida de los mexicanos. El 15 de marzo de 2025, la tragedia alcanzó nuevas dimensiones con los terribles sucesos ocurridos en Teuchitlán, Jalisco, un evento que desató un día de luto nacional en todo el país. Este luto no solo se vivió en la capital, sino que se extendió a todos los rincones de México, con colectivos de madres, padres, hermanas, y activistas protestando en busca de justicia, memoria y la exigencia de que se ponga fin a las desapariciones.
Teuchitlán: Un símbolo del dolor y la desesperación
El día de luto comenzó con una vigilia en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, donde cientos de personas se reunieron para recordar a las víctimas de la tragedia ocurrida en Teuchitlán. La Plaza del Zócalo se llenó de zapatos, veladoras, carteles de búsqueda y mensajes dolorosos como “¿Ahora sí nos ve, presidenta?” y “No más desaparecidos”. Los asistentes, entre lágrimas y consignas, se unieron bajo el clamor común de poner fin a las desapariciones forzadas y exigir que las autoridades dejen de ignorar esta grave problemática que afecta a miles de familias en todo el país.
Lo que ocurrió en Teuchitlán no fue un caso aislado, sino un recordatorio de la violencia que azota a México de manera sistemática. En este municipio de Jalisco, se encontraron restos humanos en un campo de adiestramiento y presuntos crematorios clandestinos, lo que generó una gran conmoción en la sociedad. Este descubrimiento subraya la violencia que persiste en México, no solo en Jalisco, sino en múltiples entidades federativas, y que a menudo se pasa por alto en la agenda política y mediática.
La solidaridad de las madres buscadoras: Un acto de valentía y esperanza
Este luto no solo se vivió en la Ciudad de México. En diversas ciudades del país, especialmente en aquellas donde la violencia y las desapariciones son parte del día a día, los colectivos de búsqueda y las madres de los desaparecidos alzaron la voz. En Hermosillo, Sonora, la Plaza Emiliana de Zubeldía se convirtió en un altar de dolor y esperanza. Allí, madres, hermanas, esposos y familiares de víctimas colocaron veladoras y zapatos, y exhibieron carteles con la frase “visto por última vez” para recordar a sus seres queridos. Este acto simbólico fue también un llamado a las autoridades para que dejen de «guardar silencio» frente a esta terrible crisis.
Ceci Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, compartió la desgarradora realidad de su entidad. En Sonora, dijo, las “carboneras” (lugares donde se encuentran restos humanos calcinados) son un hallazgo frecuente. La violencia en la entidad parece no tener fin, y las familias de los desaparecidos enfrentan el duro desafío de seguir buscando sin el respaldo adecuado de las autoridades. La líder activista señaló que, a menudo, los hallazgos de cuerpos calcinados se vuelven una noticia pasajera, solo para quedar en el olvido mientras las investigaciones se estancan.
Colima: La violencia y la impunidad que lacera a todo el país
El luto por las víctimas de Teuchitlán también resonó en Colima, un estado que ha sido escenario de innumerables desapariciones y hallazgos de fosas clandestinas. Aquí, la Red Desaparecidos en Colima A.C. alzó la voz para recordar que la violencia no es un fenómeno aislado. Blanca Ramírez, miembro de esta red, expresó el dolor de los colimenses, afirmando que el estado vive bajo el control de la delincuencia y en medio de una crisis de impunidad que se extiende a todo el país. Para ella, lo sucedido en Teuchitlán es solo un ejemplo más de una tragedia que afecta a muchas familias, no solo en Jalisco, sino en todo México.
Las voces de las madres buscadoras, activistas y familiares de desaparecidos se unieron en un grito de justicia que no ha sido escuchado por las autoridades. Mientras tanto, las imágenes de zapatos y veladoras en las plazas públicas se han convertido en un símbolo de la lucha incansable por encontrar a los desaparecidos y por exigir que se castigue a los responsables de este horror.

Quintana Roo y Baja California: La búsqueda no tiene fronteras
Lejos de Jalisco, en lugares como Quintana Roo y Baja California, el dolor por las desapariciones también es palpable. En Quintana Roo, un estado conocido por ser un destino turístico de renombre, madres buscadoras se unieron a la vigilia nacional en la glorieta Kukulkán, en Cancún. Allí, exhibieron fotografías, ropa, zapatos y carteles de personas desaparecidas. Este acto mostró que la desaparición forzada no discrimina entre ciudades turísticas y regiones afectadas por la violencia del crimen organizado. En estos estados, como en todo México, el luto es compartido por aquellos que exigen justicia y respuestas.
En Ensenada, Baja California, el ‘Árbol de la Esperanza’ se convirtió en un punto de encuentro para colectivos de búsqueda. Aquí, fotografías de los desaparecidos cuelgan como un recordatorio constante de la tragedia que vive el país. Los activistas y las madres de los desaparecidos han expresado su intención de viajar a Teuchitlán en busca de respuestas. Buscan encontrar pistas que les permitan cerrar el doloroso capítulo de la desaparición de sus seres queridos, aunque saben que la incertidumbre y el sufrimiento seguirán siendo parte de sus vidas hasta que se haga justicia.
El llamado a la acción: No más desaparecidos
El 15 de marzo de 2025 no solo fue un día de luto, sino también un llamado urgente a la acción. Las familias de los desaparecidos, las organizaciones de la sociedad civil y los colectivos de búsqueda exigieron a las autoridades que asuman su responsabilidad y pongan fin a la impunidad que ha permitido que las desapariciones sigan ocurriendo de manera sistemática. En todo el país, el mensaje fue claro: México no puede seguir siendo un país de desaparecidos. El sufrimiento de miles de familias no puede quedar en el olvido.
La lucha por encontrar a los desaparecidos continúa, y mientras haya una sola persona sin respuesta, la búsqueda no cesará. El luto por Teuchitlán fue un recordatorio de que la violencia y la desaparición forzada son problemas que deben ser enfrentados de manera urgente. Solo con un compromiso real de las autoridades y el apoyo a las víctimas, México podrá sanar las heridas de esta tragedia que, lamentablemente, sigue siendo parte de su realidad.
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