ADAM: el anticonceptivo masculino que podría cambiarlo todo ya está en pruebas con humanos

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La revolución en anticoncepción ya no es exclusiva del cuerpo femenino. Una innovación científica podría marcar un antes y un después en la salud sexual: el anticonceptivo masculino ADAM, un implante no hormonal de hidrogel que promete ser seguro, reversible y de larga duración, ha entrado oficialmente en su segunda fase de ensayos clínicos en humanos.

El desarrollo está a cargo de la startup estadounidense Contraline, en colaboración con instituciones médicas de renombre. Este avance representa una alternativa real al preservativo y la vasectomía, con la gran diferencia de que ADAM no afecta las hormonas, no altera la fertilidad de forma permanente y dura hasta dos años.


¿Cómo funciona ADAM?

El anticonceptivo masculino ADAM consiste en un hidrogel que se inyecta en el conducto deferente, el canal por el que los espermatozoides viajan desde los testículos hacia el semen. Este gel bloquea temporalmente el paso de los espermatozoides sin afectar el volumen ni el aspecto del eyaculado, lo que permite mantener relaciones sexuales sin riesgo de embarazo… y sin cambios hormonales.

Lo más prometedor es su carácter reversible: una nueva inyección permite disolver el hidrogel y restaurar la fertilidad. De ser aprobado, ADAM se convertiría en el primer anticonceptivo masculino no hormonal de acción prolongada disponible en el mercado.


¿Qué implica la fase 2?

En esta etapa, los científicos buscan evaluar la seguridad, tolerancia y eficacia del anticonceptivo masculino ADAM en un grupo más amplio de voluntarios. El implante ya ha sido probado con éxito en la fase 1, sin efectos adversos graves y con resultados alentadores.

Ahora, con más participantes y mayor seguimiento, los investigadores analizarán cómo reacciona el organismo a largo plazo y si el método ofrece una protección efectiva contra embarazos sin generar problemas de salud o molestias.


Una deuda histórica con la igualdad reproductiva

Durante décadas, la carga de la anticoncepción ha recaído casi por completo en las mujeres. Píldoras, DIUs, parches, inyecciones… todos ellos con efectos secundarios y riesgos hormonales. Mientras tanto, las opciones masculinas se han limitado al preservativo —efectivo pero con margen de error— o la vasectomía, que es quirúrgica y generalmente irreversible.

Por eso, el anticonceptivo masculino ADAM no solo es un avance médico, sino un paso hacia la equidad. Permitir que los hombres tengan una alternativa segura y temporal transforma la conversación sobre responsabilidad compartida en la anticoncepción.


¿Cuándo estará disponible?

Si los resultados de la fase 2 son exitosos, se procederá a una fase 3 más amplia, con el objetivo de obtener la aprobación regulatoria en los próximos años. Aunque aún falta tiempo para verlo en las farmacias, el anticonceptivo masculino ADAM ya está generando gran expectativa en el ámbito científico y social.


Un cambio que podría redefinir las reglas

El desarrollo de ADAM es una señal clara: el futuro de la anticoncepción será compartido. Y si este método llega al mercado, podría modificar profundamente las dinámicas en las relaciones de pareja, la planificación familiar y la autonomía reproductiva.

En un mundo donde las decisiones sobre fertilidad han sido históricamente desequilibradas, el anticonceptivo masculino ADAM representa mucho más que una inyección: es una nueva forma de entender el control sobre la reproducción, donde ambos cuerpos —por fin— tienen voz, opciones y responsabilidad.

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