¿Sin ganas de moverte? 4 trucos para engañar al cerebro y activar tu cuerpo

Hay días en los que simplemente no quieres entrenar. Te gana la flojera, te inventas excusas y terminas diciendo “mañana empiezo”. Pero la ciencia tiene algo que decir al respecto: existen trucos para engañar al cerebro para hacer deporte, y lo mejor es que no requieren fuerza de voluntad sobrehumana, solo un poco de estrategia.
Nuestro cerebro está programado para buscar comodidad. Eso significa que cuando detecta que vamos a hacer algo que implica esfuerzo físico, activa todas sus alarmas para evitarlo. Pero lo que muchos no saben es que también podemos “hackear” esa resistencia interna y convertir el movimiento en un hábito mucho más fácil de sostener.
Aquí te compartimos cuatro trucos para engañar al cerebro para hacer deporte, validados por estudios psicológicos y entrenadores de alto rendimiento.
1. No pienses en entrenar, solo en empezar
Uno de los trucos más simples (y efectivos) para engañar al cerebro para hacer deporte es engañarlo con una microacción. En lugar de decir “voy a entrenar una hora”, di: “solo voy a ponerme los tenis”. Luego, “solo voy a hacer el calentamiento”.
Al centrarte en el primer paso en lugar del entrenamiento completo, reduces la sensación de carga mental. Y una vez que arrancas, el 80% del trabajo está hecho. La inercia trabaja a tu favor.
2. Usa la regla de los 5 minutos
El cerebro ama lo inmediato. Por eso, si le pones una meta a corto plazo, es más fácil que coopere. Comprométete a entrenar solo cinco minutos. Si después de eso quieres parar, puedes hacerlo.
Pero aquí viene lo interesante: en la mayoría de los casos, una vez que superas ese mini umbral de esfuerzo, terminas haciendo la rutina completa. Es un truco de motivación a la carta que convierte lo difícil en manejable.
3. Asócialo a placer inmediato
Otro de los trucos para engañar al cerebro para hacer deporte es vincular el ejercicio con algo placentero. Puedes escuchar tu podcast favorito, poner tu playlist más energética o ver una serie mientras haces bici estática.
Si tu cerebro relaciona el entrenamiento con una recompensa inmediata, deja de verlo como castigo y comienza a disfrutarlo. Es una forma de anclar emociones positivas al esfuerzo físico.
4. Visualiza la recompensa emocional
¿Te has sentido increíble después de entrenar? Recuerda ese momento. Visualízalo. Tu cerebro responde más a las emociones que a la lógica. Así que cuando no tengas ganas de moverte, imagina cómo te sentirás después: con más energía, menos estrés, más orgullo personal.
Este tipo de visualización activa zonas del cerebro asociadas al placer y la motivación. Es como adelantar el efecto post-ejercicio antes de que ocurra. Y sí: funciona.
Conclusión
No siempre tendrás ganas. Pero no necesitas tenerlas. Lo que sí puedes hacer es aplicar estos trucos para engañar al cerebro para hacer deporte y empezar, aunque sea con un paso pequeño. Porque al final, lo más difícil no es correr, levantar peso o sudar. Lo más difícil es empezar. Y eso sí puedes hackearlo.
Así que la próxima vez que tu mente diga “no puedo”, prueba uno de estos trucos… y deja que tu cuerpo demuestre lo contrario.