Elecciones judiciales 2025 en México: ¿Por qué es importante votar?

XY NEWS. Este 1 de junio de 2025, México vivirá un hecho sin precedentes: por primera vez, los ciudadanos podrán elegir por voto directo a quienes ocuparán cargos en el Poder Judicial. No se trata de una elección legislativa ni de un proceso partidista tradicional. Se trata de una elección que puede redefinir el equilibrio del poder en la democracia mexicana. ¿Por qué es importante votar en las elecciones judiciales? Porque no se elige el poder, sino los límites del poder. Y eso lo cambia todo.
¿Qué está en juego en las elecciones judiciales de 2025?
La justicia, en toda democracia, cumple una función crucial: interpretar la Constitución. Los jueces y magistrados deciden si una ley se ajusta al marco legal o lo contradice, si un acto de gobierno es legítimo o representa un abuso de poder. Es decir, quienes ocupan estos cargos no solo aplican la ley, sino que definen sus alcances y límites. En esta elección, los votantes mexicanos tendrán la oportunidad histórica de elegir a quienes ejercerán esa responsabilidad constitucional.
Votar este 1 de junio no es simplemente un derecho; es un acto de responsabilidad ciudadana frente a una transformación estructural del sistema judicial. Es participar activamente en la construcción de un país donde la legalidad no dependa de intereses políticos, sino de criterios jurídicos sólidos y del respeto irrestricto a los derechos humanos.
Legalidad vs legitimidad: ¿por qué votar importa aunque haya abstención?
Uno de los argumentos más comunes que se escuchan en estos días es que las elecciones judiciales no despiertan el mismo entusiasmo que las presidenciales o legislativas. Algunos sectores ya anticipan una baja participación. Sin embargo, eso no invalida el proceso.
Desde una perspectiva jurídica, la validez de una elección no depende del nivel de participación, sino del cumplimiento de los procedimientos establecidos en la Constitución. Si la jornada electoral se lleva a cabo conforme a los principios de legalidad, certeza, imparcialidad y transparencia, los resultados son válidos, incluso si la participación ciudadana es baja.
Es decir, el abstencionismo no anula la elección. El sistema electoral mexicano no exige un porcentaje mínimo de votos emitidos para que el proceso sea jurídicamente vinculante. El candidato que obtenga más votos válidos asume el cargo, siempre que todo el procedimiento se haya llevado a cabo bajo el marco legal.
Pero la legalidad no siempre garantiza legitimidad.
La legitimidad se gana en el ejercicio del poder
La legitimidad de los jueces y magistrados electos no proviene únicamente del voto, sino de cómo ejerzan su cargo una vez que hayan asumido funciones. Si quienes lleguen al Poder Judicial actúan con criterio jurídico, independencia, imparcialidad y compromiso con los derechos fundamentales, su autoridad moral crecerá con el tiempo.
Por el contrario, si caen en prácticas de sumisión política, decisiones arbitrarias o desconocimiento técnico, perderán la confianza de la ciudadanía. La Constitución les puede dar el cargo, pero la legitimidad solo se construye con hechos, rectitud y profesionalismo.
Y esa es otra razón clave para votar: elegir con responsabilidad puede ayudar a sentar las bases de un sistema judicial más fuerte y confiable. Uno que no responda a intereses partidistas ni presiones externas, sino al espíritu de la ley y al interés público.
¿Por qué esta elección es un parteaguas constitucional?
Este ejercicio democrático marca un antes y un después en la historia política de México. Nunca antes los ciudadanos habían tenido la posibilidad de influir directamente en la composición del Poder Judicial. Si bien algunos países cuentan con mecanismos similares, para México esta elección representa una transición profunda: de un modelo de designación controlado por élites políticas, a uno donde la ciudadanía tiene voz directa.
En una democracia madura, los contrapesos son esenciales para evitar abusos de poder. La posibilidad de que los jueces provengan del voto popular podría fortalecer la independencia judicial… si el proceso se acompaña de garantías que aseguren la preparación técnica, la ética profesional y la vocación de servicio de los candidatos.
¿Y si no voto? ¿Qué pasa si decido no participar?
Decidir no votar es también una postura política, pero dejar el futuro del Poder Judicial en manos de otros puede tener consecuencias que te afecten directamente. Las decisiones que tomarán las personas electas no son simbólicas: impactan en derechos laborales, libertades civiles, propiedad privada, equidad de género, acceso a la justicia y más.
Cada sentencia, cada resolución que emitan los nuevos jueces puede marcar precedentes que moldeen la vida pública del país en los próximos años. Por eso, tu voto cuenta, incluso si no eres experto en leyes o no te identificas con ninguna corriente ideológica.
La elección judicial es una invitación a asumirnos como ciudadanía responsable, a comprender que el poder no reside solo en el Ejecutivo o el Congreso. El verdadero poder democrático también está en los tribunales, en quienes interpretan la ley y deciden sobre su aplicación.
Conclusión: Votar por los límites del poder es votar por la democracia
Este 1 de junio, México no elegirá partidos. Elegirá el rumbo de su justicia. Elegirá si quiere un Poder Judicial independiente, imparcial, técnico y comprometido con los derechos fundamentales, o si prefiere mantenerse al margen y permitir que otros tomen la decisión.
No se elige poder, se elige el límite del poder.
Y eso, en cualquier democracia verdadera, lo cambia todo.